sábado, 2 de junio de 2012

Visión mítica y visión científica

Los mitos son los primeros intentos de los seres humanos para explicar un universo desconocido, asombroso y peligroso. Luego esas creencias irracionales cobran vida, evolucionan y dan origen a la religión, el arte, la poesía, la filosofía, la ciencia y, desgraciadamente, también al fanatismo. Los mitos conservan mucho de ese sobrecogimiento y misterio primigenios. La creencia en que la explicación que aporta el mito es verdad literal y revelada supone una traición al sentido profundo del mito. Lo importante del mito es su simbolismo, no que sea una explicación correcta del universo o de algún fenómeno natural; por mucho que las explicaciones cambien y se refinen y mejore el conocimiento del mundo, el símbolo queda. El mito alude a nuestro interior, a la experiencia de estar vivo, el miedo, el deseo, la pérdida,…  Por mi parte, no creo que la ciencia suprima ese sentimiento, en todo caso nos lo hace comprender cuando vemos que por cada descubrimiento nuevo que amplía nuestra comprensión hay otro que la desafía. Va siendo hora de que termine ese “cisma de las dos culturas”, la división artificial entre ciencia y humanidades ha durado demasiado y sigue causando daño al alienar al hombre de una parte de sí mismo. El ser humano tiene a la ciencia para decirle dónde está y la poesía, el arte y la filosofía para decidir dónde quiere ir.  La ciencia nos ha descubierto que el corazón de las estrellas muertas está hecho de diamante, que hay estrellas cuya materia está tan apretada que son átomos del tamaño de mundos, hay planetas donde llueve hierro fundido; y en cada una de nuestras células, en el núcleo, cabe una biblioteca mayor que todas las imaginadas hasta hoy. Necesitamos un poeta que ame el mundo que la ciencia le muestra y que pueda cantar esas nuevas maravillas. Y quizá crear nuevos mitos.
(Origen de la foto: http://elbuenleer.blogspot.com.es/2010/09/diario-intimo-de-adan-y-eva.html )